CAPITULO 1 DOS MUNDOS
Un
mundo lo constituía la casa paterna; más estrictamente, se reducía a mis PADRES.
Este mundo me resultaba muy familiar: se llamaba padre y madre, AMOR y SEVERIDAD,
EJEMPLO y EDUCACIÓN.
El
otro mundo sin embargo, comenzaba en medio de nuestra propia casa y era
totalmente diferente: olía de otra manera, hablaba de otra manera, prometía y
exigía otras cosas. En este segundo mundo existían criadas y aprendices,
historia de aparecidos y RUMORES ESCANDALOSOS; todo de un torrente multicolor
de cosas TERRIBLES, monstruosas, ATRAYENTES y ENIGMÁTICAS, como el matadero y
la cárcel, borrachos y mujeres chillonas, vacas parturientas, caballos
desplomados, historias de robos, asesinatos y suicidios.
Lo más extraño
era cómo LINDABAN estos dos mundos, y lo cerca que estaban el uno del otro,
perfectamente YUXTAPUESTOS. (…) Si, yo pertenecía al mundo claro y recto, era
el hijo de mis padres, pero adónde quiera que dirigiera la vista y el oído,
siempre estaba allí el otro, y también yo vivía en ese otro mundo aunque me
resultara a menudo extraño y siniestro, aunque allí me asaltaran regularmente
los remordimientos y el miedo. De vez en cuando PREFERÍA VIVIR en el mundo
prohibido, y muchas veces la vuelta a la claridad, aunque fuera muy necesaria y
buena, me parecía una vuelta a algo menos hermoso, más ABURRIDO y VACÍO.
Al mismo tiempo
surgió en mí un extraño y nuevo sentimiento lleno de espinas. ¡Me sentía
SUPERIOR a mi PADRE! Sentí durante un momento cierto DESPRECIO por su
IGNORANCIA.
De toda ésta
vivencia, en lo que va relatado hasta aquí, constituyó este momento lo más
importante y perdurable. Fue el primer RESQUEBRAJAMIENTO de la DIVINIDAD de mi
PADRE, el primer golpe a los pilares sobre los que había descansado mi niñez, y
que todo hombre tiene que DESTRUIR para PODER SER ÉL MISMO.
Descubrí el GUSTO
DE LA MUERTE; y la MUERTE sabe AMARGA porque es NACIMIENTO, porque es MIEDO e INCERTIDUMBRE
ante una ATERRADORA RENOVACIÓN.
Mi estado
durante aquel tiempo era una especie de DESQUICIAMIENTO. En medio de la paz
ordenada de nuestra casa yo vivía ATEMORIZADO y TORTURADO como un fantasma; NO
PARTICIPABA EN LA VIDA DE LOS DEMÁS y RARAS
VECES ME OLVIDABA DE MÍ MISMO. Con mi padre, que muchas veces me
interrogaba irritado, me mostraba FRÍO y HERMÉTICO.
PREGUNTAS
-Una vez conquistada la adultez, y lograda la anhelada
autonomía personal, experimentaste algún cuestionamiento radical de la
autoridad de tus padres sobre ti?
-Que verdad de tu niñez, crees que necesitó invalidarse para
poder crecer?
VIDEO EXPLICATIVO
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